niño desregulacion emocional

Mi hija es TEA (trastorno del espectro autista) y mi hijo menor es neurodivergente. Ambos tienen un desafío en común: la desregulación emocional, también conocida como meltdown. Estas son situaciones que no siempre son fáciles de navegar y que implican que yo como mamá tenga que estar acompañando, guiando, conteniendo y ayudándolos a volver a su centro con una frecuencia mucho mayor que si fueran neurotípicos.

Ellos siempre tuvieron personalidades fuera de lo común: explosivas, histriónicas, apasionadas y muy vibrantes. A los dos o tres años de edad, las personas que los conocían opinaban que eran muy tiernos y desenvueltos. Siempre diciendo cosas divertidas o transformándose en el centro de atención debido a la confianza que parecían tener en todos a su alrededor y, mientras fueron pequeños, la verdad es que era bastante divertido.

¿Qué tiene de malo?

niña llorando. desregulación emocional

El problema, es que este lado “A” venía acompañado de un muy intenso lado “B”. Esta cara se caracterizaba por explosiones emocionales intensas (catalogadas como berrinches o pataletas), conductas rebeldes u oposicionistas y, en el caso de mi hija, una total irreverencia y despreocupación ante el peligro.

Contrario a lo que se considera “normal”, estas características no fueron mitigándose a medida que crecían, sino que se volvieron desafíos mayores que eran cada vez más difíciles de controlar. Cosas simples de todos los días como la comida podían generarles grandes explosiones que no siempre manejé de la mejor manera.

La opinión de terceros

En esos años, la gente a mi alrededor me decía muchísimas cosas que me hacían dudar de mi criterio como mamá: que era poco estricta, que los consentía mucho, que eran manipuladores, y un sinfín de otras características que se resumían en que estaba haciendo mal las cosas.

El problema es que, dentro de mí, yo sabía que mis hijos eran diferentes y, por lo tanto, la manera de educarlos también tenía que ser distinta a los patrones socialmente aceptados.

¿Desregulación emocional o berrinche?

Criar a un niño neurodivergente es un viaje lleno de momentos únicos y de desafíos inesperados. En este camino, uno de los retos más comunes que enfrentamos como padres es el de manejar las desregulaciones emocionales a veces nos cuesta mucho diferenciar de una pataleta.

La verdad es que hay diferencias que, aunque sutiles, se pueden usar para distinguir que estado está atravesando nuestro hijo y así poder actuar de la manera en que la situación amerita.

Diferencias Clave entre Rabieta y Desregulación

El concepto de desregulación emocional, por ser medianamente nuevo, es muchas veces confundido con una rabieta típica de ciertas etapas del desarrollo.

Sin embargo, existen algunas diferencias que podemos aprender a identificar para luego aplicar la estrategia más adecuada a cada situación:

AspectoRabietaDesregulación
MotivaciónBuscan un objetivo específico (ej.: un juguete).Respuesta involuntaria a sobrecarga emocional.
DuraciónSe detienen cuando el niño consigue lo que quiere.Pueden prolongarse, incluso después de atender la causa inicial.
Control del niñoEl niño tiene cierto control sobre sus acciones.El niño no puede regularse por sí mismo.

Conocer estas diferencias ayuda a responder de manera empática y efectiva.

¿Qué es una desregulación emocional?

La desregulación emocional o meltdown es la dificultad que experimentan muchos niños al intentar manejar sus emociones. Puede manifestarse de distintas maneras: llanto descontrolado, gritos, golpes, autolesiones, hiperactividad o incluso retraimiento total.

¿Por qué ocurre?

Las desregulaciones son especialmente comunes en niños neurodivergentes debido a cómo perciben y procesan el mundo. Algunos desencadenantes habituales incluyen:

  • Cambios repentinos en la rutina.
  • Ruido, luces brillantes o estímulos sensoriales intensos.
  • Frustración al no poder comunicar sus necesidades o emociones.
  • Estrés o miedo producido por situaciones pasadas en las que se sintieron vulnerados o dañados.

Enfrentar una desregulación emocional puede ser abrumador para los padres y cuidadores. Es fácil sentir que estás caminando sobre hielo delgado, intentando evitar situaciones que podrían provocar una crisis de un minuto a otro.

mamá abrazando a hija con desregulación emocional

Pero como toda crisis, puedes aprovechar de ayudar a tu hijo a desarrollar herramientas para poder enfrentarlas en el futuro o cuando tú no estés cerca para poder apoyarlo.

Identificar una Desregulación Emocional

Reconocer una desregulación emocional a tiempo es clave para intervenir de manera efectiva y ayudar a tu hijo a recuperar la calma.

Muchas veces, estos episodios comienzan con señales sutiles que, si se identifican temprano, pueden evitar que la situación escale. Así logramos evitar que se transforme en algo que además de ser desgastante, afecta muchísimo tanto el autoestima de tu hijo como el clima familiar y a calidad de vida de todos quienes deben enfrentarlas día tras día.

Señales Tempranas de Desregulación

Si bien cada niño es único, hay patrones comunes que pueden indicar que está comenzando a sentirse abrumado:

  • Cambios físicos: Respiración rápida, rubor en el rostro, puños cerrados o tensos, movimientos repetitivos como balancearse, taparse los oídos, etc.
  • Cambios de comportamiento: Aumento de la irritabilidad, rechazo a realizar tareas, búsqueda de aislamiento o, por el contrario, hiperactividad repentina.
  • Señales verbales: Hablar más rápido, elevar el tono de voz, frases como “no puedo” o “déjame en paz.”

Estas señales suelen aparecer minutos antes de una crisis y brindan una ventana de oportunidad para intervenir.

Herramientas para ayudar a tus hijos a Identificar una Desregulación emocional

Existen métodos simples que los padres pueden implementar para identificar desregulaciones de manera consistente:

Registro de patrones:

Mantén un diario breve donde anotes:

  • Situaciones previas a la desregulación (cambios en la rutina, estímulos sensoriales, interacciones sociales). Por ejemplo, yo logré identificar que mi hija se desregulaba muy fácilmente cuando se sentía desplazada o menos querida que sus pares, lo que tuvimos que aprender a manejar para evitar que interpretara las situaciones de manera incorrecta y terminara en una explosión nuclear.
  • Duración del episodio: Es importante saber cuánto tiempo demora tu hijo en poder superar las desregulaciones para poder evaluar si las nuevas estrategias que estás utilizando funcionan realmente.
  • Estrategias que funcionaron: hay ejemplos básicos como cambiarle el tema y hablarle de algo que realmente le interese. También tener algunos implementos que sirven como “barrera” frente a los estresantes como los audífonos para bloquear sonido, ropa especial o mantas de peso; hacer ejercicios de respiración que ya se han practicado previamente, etc.

¿ De qué sirven estos registros?

Estos registros te permitirán reconocer patrones y anticipar posibles desencadenantes para que poco a poco logren hacer su propio “mapa” de situaciones a tener en consideración.

  1. Indicadores visuales:
    • Usa un semáforo de emociones (verde = tranquilo, amarillo = alerta, rojo = crisis).
    • Pide a tu hijo que señale su nivel en el semáforo para comunicar cómo se siente.
    • En los días en los que se siente más estresado, puedes aplicar algunas estrategias de relajación o, incluso, posponer algunas actividades que pudieran ser gatillantes para protegerlos a ambos del desgaste de una desregulación emocional.
  2. Consulta con el entorno:
    • Habla con maestros, cuidadores o terapeutas para obtener una visión más amplia sobre cuándo y dónde suelen ocurrir las desregulaciones.
      • ¿A qué hora ocurrió la desregulación emocional?
      • ¿Qué estaba haciendo?
      • ¿Había mucho ruido, luz, calor o frio?
      • ¿Estaba muy cansado?

Mi hija empezó con desregulaciones emocionales diarias en el colegio más o menos en abril o mayo (a poco menos de dos meses de haber vuelto de vacaciones de verano).

Aplicamos un montón de estrategias para ayudarla que no funcionaba (y al menos nos servían para descartarlas) y, después de mucho tiempo y conversaciones, ella logró identificar que el ruido en su sala de clases era lo que le resultaba más estresante y a la larga la hacía perder el control.

¿Qué diferencia hizo?

Con esta información pudimos tomar algunas decisiones que tuvieron un gran impacto en su calidad de vida:

  • le compré audífonos bloqueadores de sonido,
  • le dije que cuando comience a estresarse vaya a un lugar en especial en el colegio donde puede estar tranquila,
  • hablé con sus profesores para que conocieran la situación y le dieran facilidades para salir a un lugar más tranquilo.

Todas estas medidas combinadas hicieron que sus desregulaciones emocionales bajaran de una periodicidad diaria a una o dos veces al mes.

Conclusión: Construyendo Herramientas y Empatía en el Camino

Las desregulaciones emocionales o meltdowns son, para mi gusto, uno de los principales desafíos a los que nos enfrentamos como mamás y papás de un niño neurodivergente, al menos durante los primeros años de vida.

niño superó desregulación emocional

Aunque cada episodio puede sentirse como un momento agotador y solitario, es vital recordar que estos desafíos también son oportunidades para aprender, crecer y fortalecer el vínculo con nuestros hijos, además de darles herramientas para poder enfrentarlas cada vez de mejor manera.

No hay soluciones universales

Lo más importante es reconocer que este proceso no tiene una solución única. Cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no ser efectivo para otro. Sin embargo, con registro, observación y colaboración con profesores, terapeutas y otros cuidadores, es posible encontrar estrategias que marquen una diferencia tangible en la vida diaria.

A medida que aplicas estos enfoques, también estás enseñando a tu hijo a comprenderse mejor a sí mismo, a desarrollar recursos internos y a sentirse más seguro en su entorno.

No hay que olvidar, que las desregulaciones emocionales son algo que escapa del control de nuestros hijos y que el castigo o las consecuencias relacionadas a ellas pueden incluso tener un efecto contrario al que estamos buscando.

Hora de actuar

💬 Queremos escucharte: ¿Qué estrategias han funcionado para ti? ¿Qué dudas o retos enfrentas al manejar desregulaciones emocionales? Comparte tu historia en los comentarios para inspirar a otros padres que también están en este camino.

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por Constanza

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